El sumo Pontífice

Por Héctor Camero Treviño

Los últimos días han sido de glorificación en todo el mundo. El status quo político, militar, religioso y económico se ha apegado a sus principios sagrados y ha llevado a cabo las ceremonias que usualmente le retribuyen apoyo popular, mayor cantidad de adeptos a sus intereses y lo más importante: la preservación del estado de las cosas que le permite quedarse con el poder un tiempo más.

La historia se gana desde el púlpito, el informe o la tele

La historia ganada desde el púlpito, el informe legislativo o la tele

Tres realidades permiten identificar la preponderancia del mensaje imperante y la manera en que es difundido entre allegados, fieles borregos y una lista de pasivos disidentes que no tienen mucho por hacer a la mano.

La creencia en imágenes

El sumo Pontífice rinde tributo al antecesor carismático, bonachón, aventurero, amado por todo el mundo, para recordarle al mundo que aunque su institución esté rodeada de pederastas, ladrones y policías del alma y el espíritu, la presencia de líderes como el vanagloriado justifica la inmovilización de los estatutos católicos.

El sumo Pontífice y ciertos miembros de la Cámara de Diputados elaboran informes de apariencia verosímil que defienden la gestión del primero en tiempos anteriores al Error de Diciembre argumentando «con datos duros» la no culpabilidad del desastre que ocasionó la quiebra de millones de mexicanos a principios de 1995 y el derrumbe de los fondos internacionales en menos de su tercera parte, dándole coscorrones a un Héctor Aguilar Camín que negó a su master, como Pedro tres veces a Cristo.

El sumo Pontífice toma la «guerra» emprendida por otro antecesor en 2001 contra el mundo islámico y casi una década después de los eventos que desataron el espíritu bélico y de negocios sorprende un domingo en la noche al mundo con la muerte del villano número 1, del pagano principal de los valores occidentales, Osama Bin Laden.

Ni los veo ni los oigo

El sumo Pontífice y sus antecesores han ignorado centenares de peticiones de beatificación en todo el mundo, incluyendo a figuras nacionales como Catarina de San Juan «La china poblana», cuyos benefactores milagrosos trascendieron a más de cientos de ejemplos, mientras realmente convencidos toman el caso, ¡un solo caso! de una monja francesa ciega, tocada por el Papa Juan Pablo II en los ochenta, para justificar no sólo la beatificación, sino -gracias la facilidad de tiempos como el nuestro en que la rapidez es un valor supremo y es menester que se difunda, se twitee, y se haga película cuanto antes- el avance de JPII hacia otro estado de la materia que la mayoría no alcanzaremos.

Mientras la monja Marie-Simon Pierre recuperó la vista, decenas de millones la perdieron

Mientras la monja Marie-Simon Pierre recuperó la vista, decenas de millones la perdieron

El sumo Pontífice ignora convenencieramente los reportes que durante su sexenio ya señalaban las presiones para devaluar una moneda bella por fuera y fea por dentro como el peso, so pena de ocurrir un estallido de las finanzas públicas, incluyendo los informes elaborados por universidades estadunidenses señalados por Gabriel Zaid (Reforma 01-05-2011) que incluso mencionan a México en 1990 como un ejemplo de lo que ¡no se debe hacer! en materia macroeconómica. En cambio, toma un solo reporte -que aunque multipartidista no implica imparcialidad per se-, para vanagloriarse de ser eximido del desastre económico de los noventa, endosándoselo a su sucesor en el cargo, Ernesto Zedillo.

El sumo Pontífice ignora que millones de estadunidenses, incluyendo afroamericanos, hispanos y asiáticos, lo eligieron a él como mandatario esperando alejarse cuanto antes de las políticas bélicas e intolerantes que caracterizaron a George W. Bush para tomar temas como salud y educación garantizada a la ciudadanía. En ese sentido, rememorar a un villano popular celebrando su muerte sólo puede encausar odio, enajenación y fanatismo que no sólo en la historia de EU, sino en todo el mundo desde hace siglos, ha redituado en atentados, visiones maniqueas de la realidad y una falsa guerra entre los valores occidentales y orientales.

La promoción cómplice

El sumo Pontífice y su «consejo de sabios» no puede esperar 100, 150 o 200 años para tomar en cuenta a JPII para ser beatificado, como con otros Papas, pues el agua hasta el cuello de acusaciones de diverso tipo no garantiza la supervivencia del régimen católico en tiempos nihilistas e incrédulos como el nuestro. Ello exige exprimirle todo el jugo a las caras amables, mediáticas, fotogénicas que se contraponen a la miseria generada en el resto de cabecitas blancas denunciadas: una caperucita por tantos lobos feroces vestidos de abuelitas.

El sumo Pontífice y su consejo no puede darse cuenta (ni lo veo ni los oigo) de que instancias como la CEPAL, la ONU, UNICEF; y hasta la OCDE (dirigida por el tecnócrata José Ángel Gurría) han condenado a México como uno de los países de Latinoamérica en que las brechas entre pobreza y riqueza extrema se han expandido en mayor medida desde los ochenta hasta la fecha,  por no hablar de la cuestionable rentabilidad de las cientos de privatizaciones realizadas durante el Sexenio de la Apertura que encabezó, en las cuales se crearon monopolios fácticos y poca competencia (televisión, telefonía, entre otras).

Gringos celebrando la muerte de un fantasma en pos de una quimera

Gringos celebrando en pos de una quimera la muerte de un fantasma

El sumo Pontífice y su consejo puede no tener que mostrar las imágenes y el informe detallado del operativo (¿alguien ha visto el rostro de Osama abatido?) argumentando que el ignominioso barbón árabe debió ser tirado al mar cumpliendo un ritual musulmán que por supuesto los gringos -que robaron arte milenario en Irak, por citar un ejemplo- tienen a bien respetar, pues sus ciudadanos incrédulos solo ocupan oír durante un partido de beisbol o en un flashazo de Fox News que Osama ha muerto (incluso ver en Wikipedia quién era, para los más olvidadizos) y salir cual idiotas desaforados a cantar en las calles «U-S-A» en la Zona Cero o la Casa Blanca, como si pudieran regresar al erario los billones de dólares que la industria de la seguridad le ha robado al tesoro gringo durante la Guerra contra el Terrorismo, todo ello a costa del analfabetismo e insalubridad de millones de personas.

Ideas para el más allá

El sumo Pontífice refrenda el dominio de su ideología como la única solución posible, al contar con un Ejército de creyentes de todo el orbe -incluyendo uno que otro obtuso mandatario-, que se sigue diciendo católico, que sigue dando limosna los domingos mientras  miles de millones en el mundo tratan de sobrevivir al sub o desempleo, al mismo tiempo que la hacienda pública de casi todas las naciones sigue sin recibir un sólo centavo de las arcas eclesiásticas, y las señoras pudientes, de buena fe, prestan a sus hij@s al clero para preservarl@s en la pureza de Dios mientras varios presbíteros desenfundan sobre sus cuerpos aquello que esté bajo sus sotanas.

En la mitología dominante siempre hay un Diablo que las deba pagar

En la mitología dominante siempre hay un Diablo que las debe pagar

El sumo Pontífice quiere refrendar el dominio de su ideología defendiendo al neoliberalismo como la única salida posible al atolladero institucional en que se encuentra nuestro país. 1.- colocando un movimiento intelectual que aparente ir de la mano con la llegada de Enrique Peña Nieto al poder, arribo hasta ahora sólo justificado por el poder de la TV; 2.- para provocar la nostalgia de «tontos útiles» que prefieren el presidencialismo autoritario al intento democrático de construcción paso a pasito, añorantes de los tiempos aquellos donde el presidente «era un diablo cabrón inteligentísimo» de quien lo que menos importaba era si sus «valores» eran aplicados en contra del interés de su pueblo.

El sumo Pontífice quiere recordarle al mundo que no es incongruente pregonar la equidad al interior de un Estado y el dominio y la imposición al exterior del mismo; que independientemente de la raza, de las condiciones y necesidades internas del régimen, hay una entidad superior llamada Estados Unidos cuya integridad no puede ser tocada. Que la guerra se quitó un enemigo de encima para justificar que «hay justicia, aunque tarde mucho en llegar (Obama, 1-05-2011), y que, tarde que temprano, habrá otro enemigo qué vencer, para el cual habrá una razón o no más adelante para afrontarlo como Dios nos lo indique.

Las deidades están vivas, sus representantes en la tierra están haciendo lo posible por defender sus dogmas: haciéndolos incuestionables, congregando a miles de personas que legitimamente dudan, para pedirles que contesten si están con ellos o en contra de ellos, desviando el curso de la discusión en el caso católico, reforzando una verdad que parece innegable, como la llegada de un parco gobernador a la Silla Presidencial sin un discurso a la mano, y enfatizándole al universo que una nación es la destinada a mandar sobre esta tierra. Amén.

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