Un nuevo golpe a la historia de Monterrey

/// Gustavo Mendoza Lemus

Historiadores contemplan el robo sin poder hacer gran cosa. Foto: Gustavo Mendoza

Si había vestigios históricos de la Batalla de Monterrey bajo el suelo de los terrenos de la calle Héroes del 47 y Washington, las retroexcavadoras podrían acabar con ellos.

Desde el fin de semana y hasta el día de ayer, maquinaria perforó y excavó los principales terrenos en donde arqueólogos vienen descubriendo osamentas que pertenecieron a los soldados que combatieron en la invasión de Monterrey de 1846.

Las excavaciones se hicieron sin la autorización de la delegación en el estado del Instituto Nacional de Antropología de Historia (INAH), en terrenos donde presuntamente se encontraban vestigios arqueológicos de la Batalla de Monterrey.

A simple vista, se pueden apreciar las profundas excavaciones realizadas en la esquina norponiente del denominado “terreno 1”, un predio muy cercano a donde en 2006 se extrajo los restos de un combatiente norteamericano.

Aunado a este pozo, existen dos más, uno cercano al Paseo Santa Lucía, por la calle Héroes del 47, y otro cercano a la avenida Félix U. Gómez, que fueron realizados para construir ahí dos torres de edificios.

Por si fuera poco, el segundo predio es utilizado como estacionamiento de la empresa constructora Delta, un sitio de donde se rescataron dos osamentas de soldados estadounidenses en el 2008.

Cerca de una veintena de trabajadores realizaban tareas de limpieza y remoción de escombro el día de ayer, además de que otro grupo realizaba mediciones de los predios.

Mediante un recorrido realizado por MILENIO Monterrey se constató que la empresa constructora ya inició los trabajos de excavación sin la presencia de arqueólogos y especialistas del INAH.

Este procedimiento es considerado como inadecuado por los arqueólogos, pues de haber existido algún objeto histórico éste simplemente debió ser destruido por el accionar de la excavadora.

Se cree que en el sitio se encuentran enterrados huesos y estructuras antiguas.
Se cree que en el sitio se encuentran enterrados huesos y estructuras antiguas.

Ambos predios son considerados como Patrimonio Histórico del Estado, debido a que ahí se libró el enfrentamiento más cruento ocurrido por la invasión del ejército norteamericano el 21 de septiembre de 1846. A decir de las crónicas y documentos de la época, en el sitio habrían sido enterrados cerca de 30 soldados.

Crónica de las negaciones

A comienzos de diciembre se realizó una revisión de ambos terrenos mediante un georradar que permitiría observar si existía algún tipo de vestigio bajo la tierra. Aunque en un comienzo el estudio indicó la existencia de “edificaciones sólidas” así como de otros vestigios, según lo comentado por la arqueóloga del INAH Araceli Rivera Estrada, en el resultado final no apareció nada.

Días después, la constructora se negó a firmar el convenio de rescate arqueológico por considerar que los terrenos no ofrecerían ningún vestigio.

Apenas y el pasado 21 de diciembre, un grupo de historiadores acudió al sitio para protestar por el inminente arranque de obras.

El mismo día, personal del INAH indicó que de continuar los trabajos en la zona presentarían una denuncia ante la Procuraduría General de la República por daños al patrimonio federal, expresamente por violar el artículo 47 de la Ley Federal Sobre Monumentos y Zonas Arqueológicos, Artísticos e Históricos.

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