«Salven a Espinazo»: Cristóbal Jodorowsky

Por Gustavo Mendoza Lemus

Más allá de apellidarse Jodoroswky, Cristóbal (antes Axel) tiene un público fiel al que convoca por sí mismo. La noche del lunes abarrotó el auditorio de Marco, en donde presentó sus Webcam performances, unos micro documentales grabados desde su webcam y en donde se habla de amor, bondad y espiritualidad.

Además de presentar su libro El collar del tigre (descargable de la página www.suenamexico.com), el hijo del director teatral y mago chileno Alejandro Jodorowsky habló de amor y espiritualidad al público, a quienes les pidió “iniciar los grandes cambios sociales desde su corazón”.

Ayer veíamos el proyecto del Webcam performance, ¿qué respuesta has tenido del público?

“La verdad es que buenísima, porque es un arte totalmente nuevo. Antes se hacían videos pero yo digo que esto es un arte íntimo del hoy, en donde uno tiene voz y si realmente uno quiere decir algo y expresarlo lo puede hacer. El dogma de este webcam performance es que con una cámara fija en el mismo lugar, a partir de una sola toma, y que sea realmente positivo, que hable del desarrollo espiritual, que hable del misticismo y que sea sublime”.

¿Qué proyectos tienes para conjuntar todos estos performances?

“Primero queremos abrir un portal para después bajarlo, porque esto está concebido como un regalo: yo los produzco, los actúo, los escribo, todo, y luego los regalo al mundo para ayudarlo a mutar. Por el otro lado, vine a México para filmar la primera parte de mi película que se llama El árbol coronado, que también busca ayudar al mundo a mutar, en donde trabajo con personas reales haciendo actos de psicomagia”.

¿Qué encontraste al recorrer México en busca de los chamanes y curanderos?

“A mí me interesaban los charlatanes porque aunque haya truco ellos sanan, entonces ahí quiere decir que hay un fenómeno metafórico, porque ellos te hacen operaciones metafóricas, que el cerebro toma como realidad, y al momento en que ellos te curan quiere decir que hay una estructura en la mente que se autocura, muy en el fondo. No es el charlatán el que te cura, sino eres tu mismo porque si no quisieras no te curabas. Prefiero a los charlatanes que a los curanderos porque con ellos no comprendo nada y tengo que aceptar el milagro”.

¿Conoces el Fidencismo, de aquí en Nuevo León?

“¡Sí, sí claro, fui al pueblo! Es interesantísimo todo el fenómeno”.

En los últimos años, al Fidencismo se le ha querido dotar de todo un dogma parecido al de la una Iglesia, implementándose reglas, ¿crees que pueda ser provechoso para esta crecencia?

“Es algo parecido a cuando aparece un talento, en donde luego los productores quieren explotarlo y luego lo echan a perder. Hay que guardar las cosas intactas, yo pienso, ¿para qué querer hacer una religión si ya existe esa situación? Lo que hay que hacer es ir, sanarse humildemente, de forma discreta y hacerlo, porque si no se convierte en un Disney, porque en el fondo lo único que quieren hacer es un parque de atracciones en esa ciudad. Yo ya fui a la ciudad y la están reconstruyendo, y lo único es que la van a echar a perder. Que no se metan en eso, que lo conserven humildemente, que no lo conviertan en un campo de McDonald’s y resguarden lo sagrado de ese sitio”.

En tus webcam performances nos hablas de amor, ¿cómo encontrarlo en tiempos donde la violencia afecta a todo el mundo?

“A mí nadie me puede inferir que yo en mi cuartito de mi casa hable de amor, despierte el amor y lo viva y lo comparta. El amor empieza dentro de uno, no es ‘encontrar’ el amor porque uno no va a la cacería del amor. El amor es una condición humana, pienso yo, y que se encuentra sentadito en su casa, meditando, y después en las acciones cotidianas como el comer el desayuno, el cómo le hablas a las personas; primero uno y luego viene el mundo. Si tú no has despertado el amor ¿cómo lo quieres encontrar en los otros?”.

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