El sueño de la Niña Blanca

Por Guillermo Jaramillo Torres

Jackeline (Foto: Guillermo Jaramillo)

A una cuadra del mercado llegué a pensar que no lo lograría, pero avancé hasta internarme en ese mundo que es el Mercado Juárez, una casona vieja llena de olores que recuerdan a los abuelos, a jardín, a cocina, a magia. La misión era entrevistar a alguien sobre el culto de la Santa Muerte y las cosas se ponían difíciles, pues con el reciente arresto de David Romo Guillén, autoproclamado Obispo de la Iglesia de la Santa Muerte, la tensión se dejaba sentir en el aire.

Caminé algunos vericuetos entre los pasillos con muchachas que me invitaban a pasar a comer pescado, caldo de res o chiles rellenos, como si advirtieran la presencia del hambre en mi rostro. Caminé, giré, estaba ya en el laberinto cuando la vi y supe que me iba a ayudar con lo que necesitaba.

Nacida y bautizada bajo la religión católica, Jackeline Rodríguez es una “materia”, “cajita” o “medium” que labora en el interior del Mercado Juárez. Su oficio tiene infinidad de bondades para los desamparados, pero tal vez sea por el tono de su voz varonil o los diversos tatuajes que porta en su cuerpo alusivos a la Santa Muerte, que llama la atención de las personas cuando sale a la calle alrededor del mercado. Para quien lo conoce, Jackeline es Sacerdotus Santus Mortus, es decir, Sacerdotisa de la Santa Muerte.

Hijo de padre santero y madre clarividente, desde muy pequeña, Jakeline se inicio en el mundo del esoterismo. Eso me comenta una vez que la he hecho entrar en confianza con mi intento de cara de niño bueno. Unos muchachos rasgan el güiro y hacen entrar al viento en el acordeón interpretando “Como el viento”. Algunas personas les regalan una moneda.

Un milagro

Una vez acomodado en un banquito, cuestiono a Jackeline sobre el motivo por el cual se convirtió en Sacerdotisa de la Niña Blanca, otra manera de referirse a la Santa Muerte.

“Hace como viente años por una enfermedad de un paciente que vino a consultar conmigo. A medida que le fuimos pidiendo a la Santísima con novenarios y ofrendas la persona se recuperó después de haber sido desahuciada por los médicos”.

Los investigadores del tema sitúan que este culto data desde hace algunos veinte años atrás, y en esto coincide Rodríguez, sin embargo la imagen de la Santísima Muerte pertenece al siglo XVII, según el santero.

Ofrendas, oraciones son los rituales más cotidianos para hacer una petición a la Santa Muerte. Algunos de estos rituales son considerados malignos por algún sector de la sociedad, comenta Rodríguez.

“Mucha gente considera que al pedirle a la Santa Muerte estás haciendo mal y no es así, pues las personas que sabemos de esto siempre en todas las oraciones primero invocamos a Dios para poder acercarnos a la Santísima Muerte. Todos vamos a pasar por esa etapa, nadie va a excluirse de morir”.

Jackeline tuvo un templo en la carretera a Laredo, en el kilómetro 27 de la Carretera Internacional, para ser más precisos, pero hace poco el gobierno lo derrumbó debido a una irregularidad en los permisos. Sin embargo en la ciudad de México existe una iglesia dedicada a la Santa Muerte.

Un pequeño templo

El local donde nos encontramos es pequeño pero muy acogedor. Ahí mismo se realiza la consulta privada. Los principales temas sobre los cuales se consulta a la Santísima Muerte son milenarios: la salud, el dinero y el amor.

Mientras algunas personas que pasan por el pasillo curiosean con nosotros, “Jacky” señala que un gran promedio de los regiomontanos que se acercan con ella para consulta lo hacen en base a los temas del amor y el dinero. Sonreímos al pensar que la salud poco le importa a estas personas.

Por lo regular, una consulta viene saliéndole al cliente en 250 o 300 pesos, esto a parte del material que se vaya a utilizar para trabajar personalmente al paciente.

La relación con la Iglesia católica

Rodríguez comenta que la Santa Muerte mantiene cierta relación con la Iglesia Católica, puesto que la figura de Santa Martha guarda algunos elementos con la Niña Blanca.

“Santa Martha trae una Biblia, que en la Muerte es el registro de la vida. Santa Martha trae una espada, la Santísima una guadaña. Santa Martha trae un reloj de tiempo y en la Santísima es el tiempo en la vida. Santa Martha trae un dragón en los pies, por obvio la Santísima maneja la vida de uno”.

Los muchachos de la música han dejado de tocar sus instrumentos y beben un refresco. Jacky comenta que algunas personas no entienden cómo puede relacionar su oficio de medium con diversos seres, pues también es “cajita” del Niño Fidencio. Señala que el espiritista trabaja con seres muertos, los cuales están regidos por la Santa Muerte. Así mismo, Rodríguez subraya que si alguien acude a pedir ayuda a la Santísima no tendrá que verse obligado a seguir ese culto y olvidar sus creencias.

El trance

La música vuelve a sonar. Los muuchachos han bebido sus refrescos y continúan con la tarea de ganarse el pan. Aprovecho para cuestionar algo que estamos casi seguros se le ha preguntado toda la vida a Jackeline: el trance.

“Se desprende uno como materia, se desprende tu ser de tu cuerpo y ahí entra el espíritu. Entregas una parte de ti y tu cuerpo está vacío; es así como el ser se manifiesta en la obra que vayas a realizar”, señala Rodríguez.

Pero esto no es sencillo. Hay que reconocer el plano astral, indica Rodríguez. Se necesita un desarrollo espiritual, puesto que en este tema existe el bien y el mal. Y en este tema del entrenamiento, Jacky corrió con suerte, pues existían santeros por parte de la familia de su padre y clarividentes por parte de la de su madre. Ellos fueron sus maestros.

“Por parte de mi papá eran santeros y por parte de mi mamá clarividentes. Tengo 33 años y desarrollé esto desde los cinco, pero tenía que estudiar y hasta que acabé a estudiar, desde hace unos 18 años para acá me dedicó más de lleno a esto pero desde los cinco tenía el conocimiento de ello”.

Cuando entra en trance, Rodríguez no recuerda la mayoría de las cosas. Inclusive comenta que algunos de los pacientes le hacen el recordatorio de tal o cual material para trabajar que él mismo recetó y no lo recuerda, pues aunque está físicamente presente, es el espíritu el ser que manipula su conciencia.

Una vez finalizada la entrevista, apagamos la grabadora, la guardamos en la solapa del saco y nos perdemos entre los pasillos olorosos a comida dejando en su profundo sueño a la Niña Blanca.