La cuota tiene su efecto.

//Gustavo Mendoza Lemus

Los bares nocturnos, cada vez más abandonados. Aquí, el Reforma.

Algo curioso pasa en los restaurantes del centro de Monterrey, en especial de aquellos que dieron tradición y sazón a la Calzada Madero. Pues mientras los organismos oficiales de comercio hablan sobre un repunte en creación de empleos y de ventas por parte de los restauranteros, un recorrido por la antigua avenida de Monterrey evidencia el cierre de hasta de ocho negocios por cada dos cuadras.

Después del paso de dos diferentes crisis durante el año pasado (la económica y la ocasionada por la influenza AH1N1), el sector restaurantero se dice recuperado.

Así lo saca a relucir Jorge Noé Guerrero, presidente de la Cámara Nacional de la Industria Restaurantera y de Alimentos Condimentados (Canirac), al señalar que «Nuestra industria está creciendo a un 6 por ciento, los restaurantes lucen llenos otra vez en las noches, a pesar de los problemas de inseguridad que tenemos».

Pero hay sectores en la ciudad de Monterrey a cuya prosperidad no llega. La Plaza Hidalgo y sus hoteles circundantes; la Plaza Morelos y su amplia gama de negocios y restaurantes, así como Calzada Madero y sus tradicionales “comederos” sufren día a día con los golpes que les da la crisis económica y la inseguridad.

Triunfalismo vs realidad

Pero ante esa sensación de triunfalismo, hay opiniones y datos que ofrecieron una versión contraria.

Recordemos, por ejemplo, que a comienzos del presente año cerró en la ciudad el prestigiado e histórico restaurante Luisiana, ubicado en la Plaza Hidalgo y que operaba como tal desde 1950.

En aquella ocasión, su propietario Salvador Costa expcilicaba las diversas razones por las que se vio obligado a suspender el servicio en tan prestigiado y reconocido negocio. La crisis económica, la prohibición a fumar y la falta de estacionamiento fueron algunos problemas, aunque hubo uno mayor: la inseguridad.

Son las cinco de la tarde y el tradicional restaurante “AL”, ubicado en la Calzada Madero, luce despejado. Algunas mesas ocupadas pero no se ven más los ancianos tomando el café, los trabajadores comiendo apresuradamente ni a las parejas de jóvenes tomando alguna nieve.

Ignacio Martínez, apodado “el nacho” y mesero con algunos años en trabajar en dicho sitio, habla abiertamente sobre la “falta de clientes”:

“La gente no viene porque tiene miedo. A partir de cierta hora vienen ‘los malitos’ y pues incomodan a los comensales. Todavía no sé si nos estén pidiendo piso, pero no tardan”, asegura.

Los ‘malitos’ a los que se refiere son aquellos que se dicen trabajar para el narco. Como en tiempos de la revolución, nomás ocupan poner la pistola en la mesa para que su cuenta este saldada.

Al referirse sobre el “pago de piso” habla sobre el pago de una cuota por seguridad que piden los referidos narcotraficantes a cada restaurante. Las cuotas pueden ser tan ridículas como los 30 mil pesos al mes, una cantidad que casi nadie esta dispuesto a pagar.

Algo de lo que nadie habla

Doña Guadalupe Hernández había emprendido un negocio en el cruce de las calles Vallarta y Padre Mier (el nombre y la dirección se cambiaron por seguridad). Vendía tacos en un local que rentaba, pues asegura, sus hijos siempre le han dicho que tiene “buena mano” para los guisos.

Con una inversión superior a los 150 mil pesos, rentó el local, compró una plancha y asador. Además, diseñó y equipó el pequeño local con mesas, sillas y un televisor. Con tres chicos como ayudantes y ella como cocinera, emprendió “su negocito” esta mujer jubilada con apenas 54 años de edad.

«Teníamos dos o tres meses trabajando, apenas iba recuperando la inversión y ya nos habíamos hecho de clientes habituales hasta que nos cayeron estos señores y a cerrar. Me pedían 15 mil pesos al mes, mejor decidí cerrar”, asegura.

El director general de la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex) en Nuevo León, José Garza Benavides, ha manifestado en innumerables ocasiones que las extorsiones, robos y secuestros impiden el correcto desarrollo de la economía regia.

“Sobre todo porque hoy seguimos manteniendo tasa histórica de desempleo, con una tasa de 6.76 por ciento, ya que más de 144 mil 500 personas en la entidad están sin empleo, afirmó Garza Benavides a Milenio Monterrey, el pasado 5 de octubre.

Y ya no hablemos de lo ocurrido el pasado siete de octubre en el corredor comercial Morelos, en donde un tiroteo ocasionó lesiones en 5 transeúntes y la muerte de la joven Lucila Quintanilla. Por este hecho, las ventas en el sector comercial y restaurantero han decaído en un 20 por ciento, según una investigación del periódico El Norte.

Desventajas laborales

La percepción de la Canirac esta corroborada por los números. Noé Guerrero mencionó que entre los meses de julio a septiembre se generaron más de mil 500 empleos directos y de otros cuatro mil indirectos. Aunado a ello, mencionó que en los últimos tres meses se han creado 300 nuevos restaurantes en la ciudad, aunado a otros 100 que tienen planes de hacerlo.

La cuestión es saber bajo qué condiciones se abren estas nuevas plazas de empleo. Hace días, se presentó en la ciudad el libro Cuando México enfrenta la globalización. Permanencias y cambios en el área metropolitana de Monterrey, NL en donde se realiza una radiografía urbana, familiar, educativa y económica a la ciudad.

Sobre el tema económico, el doctor Camilo Contreras, director de la delegación Nuevo León del Colegio de la Frontera Norte, expone que las conclusiones de esta investigación refieren un aumento al comercio informal así como la apertura de fuentes de empleo que no ofrecen las prestaciones marcadas en la Ley. 

“Ahora parece que les va mejor en el sector informal a los regiomontanos, pero no porque este bien remunerado sino porque el sector laboral establecido está muy mal”, afirmó el especialista en entrevista para Milenio el pasado 7 de octubre.